La obesidad de nuestras mascotas

Se incrementa con la edad...

La obesidad de las mascotas es la enfermedad nutricional más común en los perros, gatos y la especie humana en sociedades prósperas como la nuestra.

Actualmente se sabe que el 25% de las personas y entre el 24 y un 44% de los perros son obesos.

Una mascota es considerada obesa cuando su peso corporal sobrepasa en un 15% su peso óptimo.

Casi la cuarta parte de los perros visitados en las clínicas veterinarias están por encima de su peso ideal y solo un 12% por debajo del mismo. La incidencia en la presentación de obesidad en perros se incrementa con la edad.

Un animal de avanzada edad tiene necesidades calóricas un 20% menores que un animal joven y activo.

La obesidad en perros es más común hembras que en machos y mucho más común en animales castrados que en aquellos enteros, sin depender en este caso del sexo.

Es un hecho comprobado que la presentación de obesidad en perros cuyos dueños son obesos es mayor, al igual que hay más perros en los hogares de gente mayor con respecto a la presentación de dicha alteración en casas con dueños jóvenes o de mediana edad. Quizás esta última consideración sea debida al menor ejercicio que la gente mayor puede, normalmente, realizar junto con una ingesta de alimento igual o mayor que tomaba el animal cuando era más joven y realizaba mayor ejercicio diario.. 


Diagnóstico de la obesidad canina o felina


El diagnóstico de la obesidad es obvio y fácil. Aún con ello, una vez que se ha diagnosticado la anomalía, debe realizarse un exhaustivo examen físico del animal para determinar la presencia o ausencia de edema o ascitis, las cuales pueden ser confundidas con obesidad.

Hay una serie de afecciones o enfermedades las cuales llevan asociadas obesidad: hiperadrenocorticismo (Síndrome de Cushing), hipotiroidismo, insuficiencia cardíaca congestiva, diabetes mellitus.

Por supuesto que antes de hablar de unas u otras alteraciones deberán llevarse a cabo pruebas diagnósticas que nos descarten o confirmen tales enfermedades.

El grado de obesidad puede ser determinado con bastante exactitud comparando el peso actual con el que tenía el animal a una edad rondando aproximadamente el año de edad. También puede sospecharse de un sobrepeso u obesidad fijándonos en abultamientos bilaterales en ciertas áreas corporales tales como los espacios intercostales, a ambos lados de la base de la cola y alrededor de las caderas.


Efectos nocivos de la obesidad canina o felina

Normalmente la respuesta general así como la actividad física del perro obeso están francamente reducidas. También se ven reducidas las expectativas de vida en el animal obeso. Las alteraciones circulatorias, en la locomoción, en la piel, en el sistema reproductor, así como las neoplasias se ven aumentadas entre un 40 y un 70% en animales obesos frente a los animales con peso óptimo.


Alteraciones articulares y locomotrices en la obesidad canina o felina

Más del 24% de los perros obesos padecen serios problemas de locomoción. Las causas principales son las artritis, hernias discales y roturas de ligamentos cruzados de la rodilla causadas por llevar demasiado peso.

Cuanto más se desvía el peso del animal de su peso óptimo, mayor es la presencia de alteraciones locomotrices.


Dificultades respiratorias en la obesidad canina o felina

Sobrevienen sobretodo cuando se les exige ejercicio. Estos problemas son causados por un incremento de la demanda de oxígeno necesario para abastecer el incremento de la masa corporal, en general, y contra la pared la pared toráxico en particular, lo cual incrementa el esfuerzo al respirar, reduce la eficacia respiratoria pudiendo, todo ello, desembocar en una menor ventilación alveolar lo que conllevará a una disnea (mal respiración) y fatiga.


Enfermedad cardíaca congestiva en la obesidad canina o felina

La hipertensión que la obesidad conlleva y el mayor trabajo cardíaco para llevar la sangre a una mayor cantidad de tejidos presentes en el obeso, junto con la infiltración grasa cardíaca hacen que su función se vea seriamente comprometida.

Asimismo la presentación de problemas circulatorios en perros obesos es del doble en relación a perros con su peso ideal. También se dan problemas de cardiomegalia (incremento del tamaño cardíaco), congestión circulatoria, edema y ascitis.

Todos estos problemas, así como muchos otros que se dan en perros obesos, tienen solución, sencillamente perdiendo peso. No obstante, todas las alteraciones cardíacas deben ser vigiladas de cerca debido a la peligrosidad de su presencia para la vida animal.

La importancia que debería tener, ya no sólo el tratamiento, sino la prevención de la obesidad debería tenerse mucho más en cuenta de lo que se tiene. Son demasiado los casos de obesidad que se dan en las clínicas veterinarias y muchos más los problemas que podrían evitarse, simplemente, con llevar una dieta equilibrada y proporcionada, eso es, cada animal debe comer la cantidad necesaria según su peso y nivel de actividad.

Nunca debe dejársele la comida ad limitum, eso es, el perro no debe tener la comida siempre a su disposición. Debe tener un horario de comidas a seguir y sobretodo no darle de comer al perro nada más de lo que corresponde. Una dieta equilibrada no debe ser suplementada por nada.


Otras alteraciones frecuentes de la obesidad canina o felina

- Disminución de la función hepática
Disminución de la eficacia reproductiva
Incremento de los problemas de distocia
Menor tolerancia al calor
Mayor presentación de problemas de piel
Incremento de la presentación de neoplasias
Afecciones gastrointestinales: constipación, flatulencia, úlceras
Menor resistencia a infecciones
Mayor riesgo de contraer diabetes mellitus

 



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