Razas de Perros: Dogo de Burdeos o Bordeaux

Descripcion: "EL NOBLE GLADIADOR"

El perro de raza Dogo de Burdeos o de Bordeaux, juntamente con el Mastín Napolitano y el Mastiff Ingles forman el clásico conjunto de Molosos ligado con los desaparecidos Mastines Asiáticos, aunque existen notorias diferencias entre ellos.

Estos Mastines, utilizados dos milenios antes de J. C. en jaurías de guerras por los asirios y más tarde por egipcios y griegos, fueron llevados de Oriente a Occidente por el Imperio Romano quien los llamó "Canis pugnaces" (Perros de combate).

Fueron empleados como combatientes en las guerras y como guardianes en la paz. Fueron ellos los que dieron origen a las diversas Razas de Molosos modernos, que se conformaron según la preferencia de los nativos en las regiones donde se asentaron.

En el siglo XIV en Francia existe el Dogo de agarre o "Veautre", que son los antecesores del Dogo de Burdeos. Extendida por toda Francia era frecuente verla cuidando haciendas, y por la noche, a diferencia de los perros pastores, no solo delataba sino que enfrentaba con éxito a los lobos.

En pleno siglo XVII la burguesía acomodada y la clase social dirigente los adopta para su custodia, cosa que resulta nefasta para la raza, pues la Revolución Francesa aniquila a los amos en unión con sus bravos guardianes; conservándose aún leyendas de heroicas y asombrosas defensas de castillos y de amos decapitados.

Los pocos que conservó el pueblo los tilda de feroces y comienza a utilizarlos, tal vez por ignorancia o por crueldad, como perro para combates. No solo deben pelear entre sí, sino con lobos y osos como antaño, pero esta vez como espectáculo y por dinero. Las peleas son muy populares en los barrios de París, y clandestinamente siguieron hasta la Primera Guerra, dejando aún en el recuerdo de viejos parisinos el nombre de perros excepcionales en esos atroces torneos donde mostraron el valor y el temple de un perfecto Gladiador.

En 1863 es presentado en la Primera Exposición Canina en París, y como consecuencia de su procedencia bordelés, se lo denomina Dogo de Bordeaux. Se destaca desde entonces su manto rojo y sobre todo su característica máscara de oscuro tono rojizo, su extraordinaria faz plena de arrugas, su ancho pecho y su magnífica musculatura.

He aquí un apretado resumen de su novelesca trayectoria, ya no es el bronco combatiente; su temperamento es de una gran mansedumbre, sin embargo aún conserva su seriedad. Es guardián por instinto de siglos y adiestrado le sobra iniciativa para la defensa. Su paciencia con los niños es propia de una Raza segura de sí misma, en ellos no brota un gesto histérico ni celoso.
Tal vez durante los momentos de reposo junto a su amo, entrecerrando los ojos, pase por su mente reflejos de su recio y duro pasado que le permite enfrentar con seguridad y serenamente su actual función.

"Aquel que logre el placer de tener a su lado un Dogo de Burdeos sentirá junto a sí a alguien que acompaño fielmente al Hombre en su Historia; en sus triunfos y en sus derrotas, en largas marchas al sol o en alertas noches junto al fuego; que ha sido amo y esclavo, y que ha forjado un carácter seguro y confiable. El Dogo de Burdeos no es un perro faldero o inseguro, ni tampoco un alocado y descontrolado guardaespaldas, él es un Noble Gladiador."

Agradecemos al Dr. Juan José Baione por la colaboracion en la edicion de este material.





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