Una madrugada caliente

El calor sofoca. Irupé y Mafalda, mis dos compañeras caninas, parecen desmayadas en el piso del dormitorio. Unos ladridos insistentes y conocidos nos despiertan. Es la voz de Candela, la perra vecina de enfrente. No le damos importancia y las tres nos dormimos nuevamente.

 Ahora las vocalizaciones son diferentes. Irupé se acerca inquieta a la ventana. Un gemido agudo rasga el silencio. Miro el reloj: son las cuatro de la madrugada y al asomarme por la ventana veo que para Candela es una madrugada muy caliente. Un perro mestizo de ovejero alemán que la duplica en tamaño intenta conseguir sus favores y ella, muy molesta, se los niega. El coqueteo dura un rato y Candela, si bien no accede a los requerimientos, tampoco entra a su casa.

 
El mestizo insiste y Candela insiste en resistírsele. Los ladridos, gemidos y gruñidos transforman el silencio en un escandaloso diálogo. Irupé y Mafalda se han sumado a la discusión vociferando también ellas. El escándalo es insoportable. Algo tengo que hacer. Ahuyento al galán, que se aleja poco convencido e intenta regresar una y otra vez. Candela aprovecha mi intervención y parte, rauda, calle abajo.

 
Pasan los minutos y todo parece retomar el ritmo habitual. El calor sigue sofocando, Irupé y Mafalda se desmayan otra vez en el suelo fresco de la habitación y yo recupero el sueño. Sólo por unos minutos. Y otra vez los ladridos, el parloteo canino sin tregua. Ha regresado Candela, ahora cortejada por otro perro vecino y padre de todos los cachorros que ella ha parido antes. Son las cinco de la mañana. Esta vez Irupé Y Mafalda no se inmutan y, panzas arriba, siguen soñando vaya a saber con qué aventuras.

 
De pronto, se instala el silencio. Candela y su compañero sexual parecen haber llegado a un acuerdo. La brisa fresca del amanecer es un bálsamo para sus instintos. Ahora reina la calma en el barrio.

 
Es muy probable que, consecuencia del encuentro entre Candela y su amante de siempre, dentro de algún tiempo tengamos cachorritos en la cuadra y la caliente madrugada de hoy sea la fecha exacta del comienzo de esas nuevas vidas.

Foto y texto: Graciela Isabel Torrent Bione

 



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